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Exceso de regalos: cuidado con el Síndrome del Niño Hiperregalado

Consentirlos está bien, pero darles demasiados juguetes puede traer consecuencias.

Regalos
Foto: Nicole Michalou/Pexels

Tantos regalos, tantos juguetes a su alrededor… pero, al final, los niños no pueden centrarse en una cosa. Una consecuencia de recibir demasiados regalos es el Síndrome del Niño Hiperregalado, que provoca, entre otras cosas, que los niños no los valoren, que pierdan la ilusión y que se vuelvan caprichosos, egoístas y consumistas.

¿Qué puede provocar el exceso de regalos? 

Es lo que les sucede a muchos niños desde pequeños: juegan con algo, pero a los pocos segundos, buscan un juguete nuevo. Para Francesc Núñez, sociólogo de la Universidad Universitat Oberta de Catalunya (UOC), un exceso de juguetes puede provocar:

1. Niños sobreestimulados

Durante estas fechas es normal que los niños reciban regalos, tantos, que están sobrepasados. “Son incapaces de prestarles la atención y el tiempo necesario, y acaban centrándose en uno solo y olvidando el resto”, afirma Núñez al portal universitario catalán.

Es normal que los niños deseen cosas, indica el experto, porque es la dinámica de las sociedades consumistas y por lo tanto ellos piden sin medida, pero el problema, en realidad, es de los padres.

“Son incapaces de contenerse y de asumir las consecuencias que puede tener negar regalos a los hijos. Prefieren claudicar ante las protestas de los hijos o bien ceder a la satisfacción propia que les da contribuir a los deseos de los hijos”, asegura.

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2. Pérdida de ilusión

Un exceso de regalos hace que no valoren lo que reciben. “Acaban tan saturados que hay una pérdida de ilusión, se explica en parte por la ley del rendimiento decreciente, el sexto regalo no les hace la misma ilusión que el primero, y así sucesivamente”, explica.

Esto hace que muchos de los regalos que los más pequeños piden sean “anhelos momentáneos en vez de necesidades objetivas” y que su satisfacción sea de corta duración y más relacionada con tener aquel objeto que con disfrutarlo.

“El mecanismo de las sociedades consumistas es anhelar y generar expectativas y placer hacia los objetos”, explica Núñez.

3. Bajo nivel de tolerancia a la frustración

Si un niño es demasiado regalado, el día que no reciba tantos regalos quedará frustrado e insatisfecho. Según Núñez, los niños no valoran los regalos por su uso o por su valor simbólico, sino por la cantidad recibida.

Se pueden convertir en individuos exigentes y egocéntricos: “adoptan relaciones egoístas con los objetos de consumo, reproducen nuestro sistema consumista”, alerta el experto.

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La regla de los cuatro regalos

Para intentar minimizar la saturación de los niños con tantos regalos y tanta información, Francesc Núñez recomienda llevar a la práctica la regla de los cuatro regalos.

La propuesta limita el número de objetos (juguetes) que los pequeños recibirán, y se basa en:

  1. Regalar algo para leer: una lectura que les genere un aprendizaje sano.
  2. Algo que pueda ponerse: pueden ser zapatos, ropa o complementos.
  3. Algo que realmente necesiten: una mochila nueva para la escuela, por ejemplo,
  4. Algo que deseen: el juguete que pidieron en las cartas de los Reyes Magos y de Santa Claus.

“Es una manera de poner sensatez y buscar una lógica que sea aceptable para las familias para poner límites a esta situación”, afirma Núñez.

Con información de la Universitat Oberta de Catalunya

 

 

 



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