Hace 57 años que la artista Remedios Varo no está en el mismo plano, sin embargo su legado ha perdurado por más de medio siglo por su pincel surrealista que se quedó grabado en la historia y en el tiempo.
La pintora nacida en España en 1908 se destacó por un estilo surrealista, también fue escritora pero fue mayormente conocida por sus ilustraciones como artista gráfica.
La enigmática obra de Remedios Varo está repleta de seres andróginos, magia, ocultismo y simbolismo, elementos que hacen de sus pinturas verdaderos portales a un genial mundo onírico.
Conmemoramos el 57 aniversario de su fallecimiento. pic.twitter.com/OcrtaOYO6d
— Secretaría de Cultura (@cultura_mx) October 8, 2020
Sus obras tuvieron gran impacto en todo el mundo, fue muy reconocida en el gremio artístico; pero pasó algo especial en México, pues llegó a vivir al país desde 1941, luego de haber sido amedrentada por autoridades nazis en Francia, cuando fue la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial.
México acogió a la artista como si esta fuera su casa, en ese entonces otras figuras -también simpatizantes con el pensamiento de izquierda- y opositores a las dictaduras como Frida Kahlo y Diego Rivera eran los artistas mexicanos más reconocidos a nivel mundial.
Sin embargo la obra de Remedios Varo estaba cargado de un surrealismo y de un misticismo inigualable; en su obra se mezclan elementos científicos, del ocultismo, esotéricos, de magia blanca y muchos recurren a figuras oníricas o cuentos de fantasía.
Entre sus obras más destacadas de su surrealismo femenino están la “Creación de las aves” que se expuso en 1957, en donde la autora hace una combinación entre una mujer y una lechuza, en la obra también hay otros elementos como un violín, ventanas, otros pájaros, elementos de alquimia, mientras que la mujer mitad humana mitad ave está concentrada pintando.
“Papilla estelar” de 1958 es una obra conocida por haber sido publicada en libros de texto de educación primaria, donde se muestra a una mujer que alimenta a la luna, la cual está cautiva en una jaula, mientras Remedios, la mujer de todas sus pinturas, le da papilla en la boca. Este cuadro actualmente se encuentra en la exposición permanente del Museo Soumaya, en la Ciudad de México.
“Presencia inquietante” de 1959 es un autorretrato en donde una presencia mágica sale de una silla en la que Remedios se encuentra sentada escribiendo, somnolienta, una carta, Walter Gruen, la última pareja de la pintora, transcribió y reveló algunas notas de la artista sobre este cuadro.
“Bordando el manto Celeste” en 1961. Aquí la artista muestra un pasaje de su infancia, en donde bordaba mientras recibía educación católica, bajo la vigilancia de una mujer cuyos hechizos mantienen contentas a la representación de Remedios en muchas chicas.
“Nacer de nuevo” del año 1960, este es un pequeño cuarto en donde hay una copa donde se refleja la luna menguante, y cuyo espíritu rojo y desnudó de Remedios Varo irrumpe en esta habitación y descubre la copa. En esta obra se plasman los intereses de la pintora por los temas de la fuerza creadora y la brujería; además de la figura de la mujer como una hechicera universal.
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