La recapitulación de las obras de arte perdidas más famosas en el mundo las reunió Noah Charney en su libro “The museum of Art” en donde incluye algunas de las piezas más icónicas que fueron eliminadas de la faz de la tierra, o al menos del control de los museos; por el fuego, los robos o el chantaje bélico que ocuparon los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Hear the pitter patter of rain in our Sculpture Garden. Feel the mist. Use your senses to be in the moment—what do you notice?
Meditate in the #MoMAGarden—or your own imagined oasis—with @Mepstein108 in our #ArtfulPracticesForWellBeing audio guide: https://t.co/3oi9V3m693 pic.twitter.com/M02AqWMIJ9
— MoMA The Museum of Modern Art (@MuseumModernArt) October 28, 2020
Algunas de estas delicadas piezas que jamás podremos ver en directo o saber de su existencia en una exposición son: entrando al mundo clásico, Atenea Pártenós una escultura de Fidias que se registra en el año 438 antes de Cristo.
Esta escultura estaba hecha con materiales muy delicados como el oro y el marfil y se encontraba en la Acrópolis de Grecia, es una de las figuras más veneradas de la antigüedad y su desaparición se remonta a circunstancias extrañas y desconocidas; sin embargo la podemos conocer por réplicas a menor escala.
Ya en el Renacimiento de las piezas de las cuales no sabemos actualmente su paradero, es la obra de Sandro Botticelli ya que algunas de sus obras hablaban en el lenguaje del humanismo y fueron eliminadas por orden el fraile Girolamo Savonarola que en el año de 1497 ordenó la quema de obras de arte, lujos y joyas que se conoció históricamente como “la hoguera de las vanidades”.
En 1958 hubo un incendio en el Museo de Arte Moderno (MoMa) de Nueva York, ahí se perdieron algunas de las obras del impresionista Claude Monet, dos de las obras de la serie “Los Nenúfares” se quemaron; antes también esta misma serie tuvo algunas bajas debido a la frustración del pintor por el resultado final.
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Y no podríamos olvidar la prohibición y la destrucción de la obra de la corriente alemana que según el partido nazi se trataba de arte degenerado, Entartete Kunst, obras de Franz Marc Henri Matisse Marc Chagall, incluso Otto Dix tuvieron un destino desconocido, o incierto pues muchas de sus obras fueron destruidas y otra parte ilegalmente vendida.
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