Previene el deterioro cognitivo con actividad física

Por tanto, la actividad física representa, junto con la estimulación cognitiva, una intervención no farmacológica prometedora para mantener y mejorar las funciones cognitivas.

86
Deterioro cognitivo
Foto: Pexels

Para limitar el deterioro cognitivo relacionado con la edad, la actividad física regular es la medida con mayor evidencia de efectividad. Una información interesante, sobre todo por ser la más sencilla de implementar, asociada a hábitos alimentarios saludables, estimulación cognitiva y mantenimiento de interacciones sociales.

Actúa en sentido ascendente e incluso en caso de deterioro cognitivo leve

El deterioro cognitivo normal es un deterioro en el funcionamiento de la cognición asociado con el proceso de envejecimiento. La pendiente de este declive suele ser lineal, pero existe una gran variabilidad entre los individuos. Esta disminución a veces puede ser más rápida, sin quejarse realmente de ello, según con el Centro Médico Olímpico Suizo, Unidad de Medicina Deportiva y el Hospital Universitario de Lausana, Suiza.

Se caracteriza por una impresión subjetiva del declive por parte del propio sujeto o de un ser querido, una objetivación de los trastornos por repetidas pruebas psicomotoras y por la preservación de las actividades de la vida diaria, con mínima alteración de funciones como la memoria y el lenguaje. 

Entre las medidas que han demostrado su eficacia sobre este deterioro del rendimiento cognitivo ligado a la edad, o incluso trastornos cognitivos leves, o hasta demencia tipo Alzheimer, el mayor nivel de prueba se refiere a la práctica de ejercicio físico regular. 

Por tanto, la actividad física representa, junto con la estimulación cognitiva, una intervención no farmacológica prometedora para mantener y mejorar las funciones cognitivas y la calidad de vida de las personas mayores. 

Ejercicio físico regular, eficaz en el deterioro del rendimiento cognitivo 

Varios estudios observacionales han demostrado que la participación regular en la actividad física y el deporte tiene un efecto protector sobre el deterioro de la función cognitiva en sujetos sanos y reduce la incidencia de demencia en aproximadamente un 50%. Al igual que con las capacidades físicas, existe un efecto dosis-respuesta. 

Así, la reducción del riesgo relativo de deterioro cognitivo prematuro es del 35% en los sujetos moderadamente activos y de hasta el 38% en los más activos. Por supuesto, las personas que suelen ser activas muestran una disminución menos marcada en el rendimiento cognitivo con el avance de la edad. 

Sin embargo, ahora existe una amplia evidencia para demostrar la efectividad de los programas de ejercicio en personas sedentarias, incluso en los ancianos. Este enfoque parece tanto más interesante dado que las funciones ejecutivas, que son las primeras en verse afectadas durante el deterioro cognitivo normal vinculado a la edad. Estos efectos se encuentran no sólo en ancianos sanos, con una correlación con la mejora concomitante de las capacidades físicas, sino también en aquellos con deterioro cognitivo leve.

En cuanto a los mecanismos por los que el ejercicio regular mejora el rendimiento cognitivo, siguen siendo objeto de debate. Entre las más avanzadas, la acción beneficiosa pasaría por una reducción de los factores de riesgo cardiovascular y metabólico, pero también por modificaciones tanto estructurales como neuroquímicas en el área cerebral del hipocampo y áreas vecinas involucradas en el aprendizaje y la memoria.

Se ha demostrado que seis meses de ejercicio aeróbico, por ejemplo, aumentan el volumen de las regiones cerebrales prefrontal y temporal en los ancianos. También se comprende cada vez más el papel de determinadas proteínas, como el “Factor neurotrófico derivado del cerebro”, secretado en mayor número por las células endoteliales de los vasos cerebrales durante el ejercicio físico.

¿Qué ejercicio físico se recomienda practicar?

Parece que un período de ejercicio regular de tres meses ya permite observar mejoras. Además, el ejercicio de alta intensidad, en forma de intervalos intercalados con un período de recuperación, también parece ser eficaz, en particular en poblaciones con riesgo de deterioro cognitivo acelerado, como los pacientes con síndrome metabólico. 

En la práctica, el perfil de las personas debe tenerse en cuenta porque en la mayoría de los casos se trata de personas frágiles, con debilidad muscular, reducción de la velocidad de marcha, fatiga y, en consecuencia, sedentarismo.

La atención es individualizada e incluye un abordaje múltiple de acuerdo con las líneas generales de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para adultos mayores de 55 años, es decir treinta minutos de actividad física aeróbica.

También te puede interesar:

12 ideas de entrenamiento para quienes odian correr

6 estiramientos para antes de acostarte; ¡Dormirás mejor!