Sheinbaum reacciona al multihomicidio en Querétaro cuyo objetivo principal ya fue identificado

Masacre en 'Los Cantaritos’. Sheinbaum enfrenta críticas por inseguridad.

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Claudia Sheinbaum se refiere a multihomicidio en Querétaro
Sheinbaum reacciona al multihomicidio en Querétaro. Foto: Archivo C. Sheinbaum

El ataque armado en el bar ‘Los Cantaritos’ en Querétaro, que dejó un saldo de 10 muertos y 13 heridos, ha generado una profunda preocupación y críticas hacia la administración de Claudia Sheinbaum.

Durante una conferencia de prensa, la presidenta se refirió al incidente y a las circunstancias que lo rodean, afirmando que “iban por una persona”, lo que sugiere que el ataque podría haber tenido un objetivo específico.

Sin embargo, evitó entrar en detalles sobre el móvil del ataque y pidió a los medios esperar a que el gabinete de seguridad proporcionara más información.

El ataque ocurrió durante la noche, cuando un comando armado irrumpió en el establecimiento y comenzó a disparar indiscriminadamente contra los asistentes. La duración del ataque fue breve, pero su impacto devastador ha resonado a nivel nacional.

Sheinbaum destacó que desde el momento del ataque, su gobierno ha estado en comunicación con las autoridades locales, incluyendo al gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, y al secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch.

La jefa del Ejecutivo afirmó que se había realizado una detención relacionada con el caso y subrayó la importancia de la coordinación entre los niveles federal y estatal para abordar la situación.

Hipótesis sobre el motivo del ataque en Querétaro

De acuerdo con varios medios de información, se destacan las siguientes hipótesis como motivo del ataque:

1. Cobro de piso: Una posible extorsión que los cárteles imponen a los negocios locales.

2. Rivalidad entre grupos criminales: Un ataque dirigido a un punto de venta de drogas rival.

3. Desestabilización territorial: Una estrategia para infundir miedo y desestabilizar áreas controladas por otros grupos.

La masacre ha intensificado las críticas hacia su administración en un contexto donde la violencia ha ido en aumento.

Xóchitl Gálvez y oposición exigen seguridad

La oposición ha utilizado este trágico evento para exigir un endurecimiento de las políticas de seguridad, señalando que la estrategia presentada por Sheinbaum poco después de asumir el cargo no ha dado los resultados esperados.

Legisladores opositores han manifestado que “la indolencia es un regalo para los criminales”, reflejando el creciente descontento con la gestión de la seguridad pública.

 “Urge poner en práctica la nueva estrategia de seguridad anunciada hace un mes”, afirmó la excandidata presidencial Xóchitl Gálvez.

“La inseguridad nos está rebasando y el discurso de responsabilizar a un Gobierno que acabó hace años ya no queda”, agregó.

En su defensa, Sheinbaum argumentó que, a pesar de los episodios de violencia, su gobierno ha logrado reducir los homicidios en otras regiones del país y enfatizó que es fundamental reconocer los esfuerzos positivos realizados por su administración. No obstante, este argumento ha sido recibido con escepticismo por parte de muchos críticos que consideran que la situación actual requiere una respuesta más contundente y efectiva.

Identifican al objetivo principal de ataque en Querétaro

Fernando G alias “La Flaca”, de 31 años de edad, presunto integrante del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)
Fernando G alias “La Flaca”, de 31 años de edad, presunto integrante del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)

Fernando G alias “La Flaca”, de 31 años de edad, presunto integrante del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), fue identificado como el principal objetivo del ataque al bar “Los Cantaritos” de Querétaro, ocurrido el pasado 9 de noviembre.

Fernando G, quien estaba dedicado principalmente al robo de hidrocarburos, realizaba publicaciones en sus redes sociales donde se mostraba portando armas de fuego y chalecos tácticos con las letras CJNG.

El ataque en Querétaro no solo ha conmocionado a la población local, también plantea serias preguntas sobre la capacidad del nuevo gobierno para enfrentar la creciente ola de violencia en México.

La respuesta inmediata y las acciones futuras del gobierno serán cruciales para determinar si puede restaurar la confianza pública y garantizar la seguridad en el país.