El Día Internacional de las Mujeres Rurales se celebra este 15 de octubre, una fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2007 para reconocer la contribución esencial de las mujeres rurales al desarrollo agrícola, la mejora de la seguridad alimentaria, y la erradicación de la pobreza rural.
En México, el papel de las mujeres rurales es fundamental, no solo como productoras de alimentos, sino como custodias de los recursos naturales y agentes del cambio social en sus comunidades.
Contribución de las mujeres rurales en nuestro país
En México, las mujeres rurales representan alrededor del 15% de la población total, lo que equivale a más de 15 millones de personas, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Estas mujeres son responsables de la producción de más del 50% de los alimentos que se consumen en el país, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Sin embargo, a pesar de su importante rol en la agricultura y la vida rural, enfrentan numerosos desafíos como la falta de acceso a recursos, crédito, capacitación y políticas que garanticen su pleno desarrollo.
Las mujeres rurales de nuestro país enfrentan barreras específicas debido a su género, lo que agrava las desigualdades sociales y económicas. Según datos de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), casi el 61% de las mujeres rurales vive en pobreza extrema.
Esas condiciones afectan gravemente su acceso a servicios básicos como la educación, salud y a medios productivos.
¿Pero qué más?
- Brechas en acceso a la tierra: Las mujeres poseen solo el 25% de las tierras agrícolas en México, y en muchos casos no tienen acceso a créditos ni a apoyos gubernamentales por la falta de títulos de propiedad a su nombre.
- Desigualdad salarial: A nivel rural, las mujeres ganan menos que los hombres por trabajos similares. La brecha salarial en estos contextos puede ser superior al 20%, según estudios de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El rol de las mujeres rurales en la lucha contra el cambio climático
Las mujeres rurales desempeñan un papel esencial en la preservación de los ecosistemas. A menudo son las principales responsables de prácticas de agricultura sostenible y de la gestión del agua.
Su conocimiento ancestral y su capacidad para adaptarse a las condiciones adversas del clima las convierten en agentes clave en la lucha contra el cambio climático.
En México, diversas organizaciones, como el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC), han señalado que empoderar a las mujeres rurales es crucial para mitigar los efectos del cambio climático, ya que son las principales gestoras de los recursos naturales.
El Día Internacional de las Mujeres Rurales sirve como recordatorio de los retos persistentes y de la necesidad de fortalecer políticas públicas que apoyen el desarrollo equitativo de las mujeres rurales.
La FAO y la ONU Mujeres han insistido en que cerrar las brechas de género en el ámbito rural podría reducir la pobreza en un 17% a nivel global, subrayando el impacto transformador que estas mujeres pueden tener en sus comunidades si se les brindan las oportunidades necesarias.
La lucha por los derechos y el empoderamiento de las mujeres rurales en México es esencial no solo para su bienestar, sino para el desarrollo sostenible de sus comunidades y el país.
Reconocer su importancia en la producción de alimentos, el cuidado del medio ambiente y la lucha contra la pobreza es fundamental para construir un futuro más justo y equitativo.