Los ciudadanos en Francia acudieron el domingo a las urnas para la segunda vuelta de las elecciones legislativas, que han marcado un giro político importante en el país.
Según los primeros sondeos a pie de urna, la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) se ha impuesto a la extrema derecha del Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen.
La estimación del instituto Ifop otorga entre 180 y 215 escaños al NFP, liderado por Jean-Luc Mélenchon, seguido por Ensemble, la coalición de partidos del presidente Emmanuel Macron, con entre 150 y 180 diputados. En tercera posición quedaría el RN de Le Pen, con entre 120 y 150 representantes.
Estos resultados suponen una sorpresa, ya que el RN partía como favorito tras ganar la primera vuelta con más del 33% de los votos. Sin embargo, el cordón sanitario establecido por el resto de fuerzas políticas parece haber funcionado para frenar el avance de la extrema derecha.
Aunque ningún bloque obtendría la mayoría absoluta, estos datos permitirían formar un gobierno de coalición entre la izquierda y el centrismo de Macron, con un número suficiente de diputados para una relativa estabilidad.
El presidente Macron anunció que se tomará tiempo para examinar los resultados y estructuración de la nueva Asamblea Nacional antes de tomar decisiones sobre el futuro gobierno.
Por su parte, el primer ministro macronista Gabriel Attal ha presentado su dimisión tras el revés electoral de su partido.
La victoria del Nuevo Frente Popular ha sido celebrada por los partidos de izquierda españoles, como el PSOE y Sumar, que han aplaudido la expulsión de la ultraderecha del Gobierno francés.
Las elecciones legislativas en Francia han supuesto un freno al avance de la extrema derecha y han abierto la puerta a un gobierno de coalición de izquierdas y centroizquierda, si bien queda por ver cómo se conformará finalmente la nueva Asamblea Nacional.