Un nuevo capítulo en la lucha por los derechos de las mujeres en Afganistán se escribe en el ámbito deportivo. Tras la toma de poder del talibán en agosto de 2021, las atletas afganas han enfrentado un panorama desalentador: restricciones a su participación deportiva, cierre de gimnasios femeninos y un futuro incierto para su desarrollo deportivo.
La reciente decisión del gobierno talibán de no reconocer a las atletas mujeres que competirán en los Juegos Olímpicos de París 2024 ha generado consternación y repudio en la comunidad internacional.
Según un portavoz talibán, citado por la agencia AFP, “solo tres deportistas representan a Afganistán”, refiriéndose a los atletas masculinos que participarán en las justas olímpicas.
Esa postura contrasta con la participación de cuatro atletas mujeres afganas en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, bajo la bandera del Comité Olímpico Internacional (COI).
La decisión del talibán viola la Carta Olímpica, que promueve la igualdad de género y la no discriminación en el deporte.
El COI ha expresado su profunda preocupación por la situación y ha reiterado su compromiso de apoyar a las atletas afganas.
Organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos han condenado enérgicamente la medida, calificándola como un “retroceso” y una “flagrante violación de los derechos de las mujeres”.
Las atletas afganas que se preparaban para competir en París 2024 ahora se encuentran en una situación de incertidumbre y desamparo. Su sueño de representar a su país en la máxima competición deportiva del mundo se ve amenazado por un régimen que restringe sus libertades y las excluye de la vida pública.