Un grupo de mujeres víctimas de violencia vicaria en Jalisco, México, se encadenó frente al Congreso del Estado para exigir la aprobación de una ley que proteja a sus hijas e hijos de ser retenidos por sus ex parejas, quienes los violentaron con diferentes tipos de agresiones.
Según información de la agencia EFE y Aristegui Noticias, Nato Montes, fundadora de la organización Madre yo sí te creo, explicó que la indiferencia de quienes conforman el Congreso del estado y de las instituciones que deben proteger sus derechos y los de sus hijos, las motivó a tomar medidas más drásticas para presionar.
Su objetivo, indicó, es que se apruebe la ley.
“Fue el hartazgo y la indiferencia de los diputados, desde que se presentó la ley al Congreso estatal la presentaron incompleta y las madres organizadas estuvimos participando en todos los arreglos que pedían que se le hiciera.
“De ahí se empezaron a ‘echar la bolita’ unos a otros y dos años estuvo prácticamente congelada”, denunció Montes.
¿Qué es la violencia vicaria?
La violencia vicaria es una forma de violencia de género que se ejerce contra las mujeres a través del daño físico o psicológico a sus hijos e hijas, con el objetivo de causarles dolor y sufrimiento emocional.
Esa violencia puede manifestarse de diversas maneras, incluyendo:
- Sustracción de menores: El padre agresor sustrae a los hijos e hijas de la madre, privándolas del contacto con ellos y causando un gran dolor emocional.
- Abuso sexual a los hijos: El padre agresor abusa sexualmente de los hijos e hijas como forma de castigar a la madre y causarle daño psicológico.
- Amenazas y violencia contra los hijos: El padre agresor amenaza o ejerce violencia física contra los hijos e hijas para controlar a la madre y atemorizarla.
¿Cuáles son las consecuencias de la violencia vicaria?
La violencia vicaria tiene un impacto devastador en las mujeres y sus hijos e hijas. Las mujeres víctimas sufren un profundo dolor emocional, estrés postraumático, ansiedad y depresión.
En muchos casos, también se ven afectadas económicamente, ya que pierden el sustento familiar al ser privadas de la custodia de sus hijos e hijas.
Los hijos e hijas que son víctimas o testigos de violencia vicaria también sufren graves consecuencias psicológicas.
Pueden desarrollar problemas de apego, baja autoestima, ansiedad, depresión, e incluso trastornos de estrés postraumático.
En algunos casos, también pueden ser víctimas de abuso sexual o físico por parte del padre agresor.
Es importante destacar que la violencia vicaria es un problema grave que afecta a miles de mujeres en México.
Es urgente que se tomen medidas concretas para combatir este tipo de violencia y proteger a las mujeres y a sus hijos e hijas. La aprobación y reglamentación de una ley contra la violencia vicaria es un paso fundamental en la lucha por la justicia y protección de las mujeres.