Desde tiempos inmemoriales, los colores han sido portadores de significados y símbolos que van más allá de su mera apariencia. En una sociedad que tiende a asociar ciertos colores con géneros específicos, como el rosa para las niñas y el azul para los niños, es fundamental adentrarse en la teoría del color para desentrañar los verdaderos significados que yacen detrás de estas paletas cromáticas y desafiar los estereotipos arraigados.
La idea de que el rosa es un color exclusivo para las niñas y el azul para los niños es un fenómeno relativamente moderno que ha evolucionado a lo largo del tiempo. Si nos remontamos a la teoría del color propuesta por Johann Wolfgang von Goethe en el siglo XVIII, nos encontramos con un enfoque mucho más complejo y significativo de los colores.
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En la teoría del color de Goethe, cada tonalidad tiene su propia personalidad y expresión emocional. El rosa, por ejemplo, se ubica en el espectro entre el rojo y el violeta, fusionando las cualidades cálidas y apasionadas del primero con la delicadeza y espiritualidad del segundo. Más allá de una mera etiqueta de género, el rosa puede evocar sentimientos de amor, ternura y calidez, características que trascienden cualquier construcción social.
Por otro lado, el azul, según Goethe, se encuentra en el extremo opuesto del espectro, entre el verde y el violeta. Este color inspira a la introspección, la tranquilidad y la profundidad. Desde una perspectiva más allá del género, el azul puede representar la serenidad del cielo y el océano, así como el anhelo de la espiritualidad y la conexión con lo trascendental.
Es importante comprender que los significados de los colores son intrínsecamente subjetivos y culturalmente influenciados. Las asociaciones modernas entre colores y géneros son construcciones sociales que han evolucionado con el tiempo. Al explorar la teoría del color de Goethe, podemos romper con estos estereotipos y apreciar los colores en su riqueza de significados.
A medida que desafiamos las convenciones establecidas, podemos liberarnos de las limitaciones impuestas por la asignación de colores basada en el género. Al explorar los significados profundos que yacen en cada matiz, podemos liberar nuestra creatividad y elevar la conversación sobre los colores a un nivel más profundo y enriquecedor.
En resumen, la teoría del color de Goethe nos invita a mirar más allá de las etiquetas superficiales y explorar los verdaderos significados emocionales y espirituales que los colores representan. Al liberarnos de las asociaciones de género preestablecidas, podemos apreciar la paleta cromática en su totalidad y abrazar la riqueza de emociones y significados que nos ofrece.
Según el texto, los significados atribuidos por Goethe a cada color son los siguientes:
- Amarillo:
- Cercanía a la luz
- Suavidad
- Emoción serena
- Sensibilidad a la contaminación
- Efecto desagradable al mancharse
- Azul:
- Principio de la oscuridad
- Efecto peculiar en el ojo
- Negación estimulante en su pureza más alta
- Contradicción entre excitación y reposo
- Rojo:
- Gravedad y dignidad
- Gracia y atractivo
- Efecto peculiar y único
- Impresión de seriedad y dignidad en su estado oscuro
- Impresión de gracia y atractivo en su luz atenuada
- Violeta:
- Madurez y experiencia
- Profundidad
- Misticismo y misterio
- Melancolía
- Intuición y magia
- Símbolo de realeza, suntuosidad y dignidad en su tonalidad púrpura
- Naranja:
- Mezcla de amarillo y rojo
- Cualidades de ambos colores en menor grado
- Color de la energía
- Atractivo para temperamentos primarios
- Refuerza tendencias naturales al entusiasmo, ardor y euforia
- Verde:
- Reconfortante
- Libera al espíritu
- Equilibra las sensaciones
- Provoca un estado de agrado al observarlo
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