Cuando existe un embarazo, no suele ser una noticia que se comunique a todo el mundo de inmediato. Esto viene de aquel consejo que probablemente has escuchado, sobre esperar al menos el primer trimestre del embarazo para contárselo a alguien.
Aunque no lo digan claramente, este consejo proviene de la posibilidad de tener un aborto espontáneo, esto aunque no lo parezca, es mucho más común de lo que piensas.
Un aborto espontáneo es cuando se presenta la pérdida del producto que se encuentra en gestación, tal como su nombre indica, esto ocurre de manera espontánea y no provocada.
Aunque la incidencia puede cambiar entre países, se estima que los abortos espontáneos son entre 10 por ciento y un 15 por ciento de las pérdidas gestacionales. Suelen ser más frecuentes en las primeras semanas y disminuyen su probabilidad a partir de la semana 12-13 de gestación.
Esto es más común de lo que podríamos pensar, aproximadamente un 25 por ciento de las mujeres sufrirá algún aborto espontáneo a lo largo de su vida, esta cifra se incrementa hasta un 40 por ciento cuando el embarazo es a partir de los 40 años.
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En gran parte de ocasiones, las causas de un aborto espontáneo en mujeres sanas se asocian a anomalías cromosómicas, esto quiere decir que no había nada qué hacer para evitar que sucediera.
¿Qué hacer cuando ocurre?
Generalmente, ante la sospecha de que algo no va bien, acudimos a urgencias. Puede ser por un pequeño –o no tan pequeño– sangrado vaginal, porque nos duela el abdomen, o quizás se trate simplemente de una revisión rutinaria.
Sea cual sea la situación, ante la difícil noticia de “su embarazo se ha parado, ha sufrido un aborto espontáneo”, es normal quedarse en shock y empezar a hacerse preguntas sobre qué pasará a partir de ese momento.
Dependiendo de la situación, el tratamiento será diferente. En algunos casos, el aborto se resuelve de forma espontanea. Otras veces es necesario administrar algún tipo de medicación, mientras que hay situaciones más complejas que terminan en el quirófano, con un tipo de intervención quirúrgica conocida como legrado.
En cualquiera de estas situaciones, la pérdida del embarazo suele repercutir en nuestro estado de salud, ocasionando cambios tanto a nivel emocional como físico.
Tras un aborto espontáneo las mujeres se encuentran totalmente recuperadas en cuanto a su forma física. Y si se recuperan también psicológicamente de la pérdida, pueden plantearse volver a quedarse embarazadas.
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