Así influyen las emociones en tus gastos personales

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Las emociones son un factor que influye directamente en la forma en la que tomamos decisiones sobre nuestras finanzas personales.

¿Te ha pasado que luego de comprar algo te cuestionas por qué lo compraste? ¿O deseabas adquirir solo un producto de una tienda y terminaste por llevarte más artículos de los que tenías en mente? Si te son familiares estas situaciones es porque probablemente te dejaste llevar por tus emociones en tus gastos personales.

¿Sabías que las emociones influyen en todo lo que hace una persona, incluyendo sus compras y el manejo de sus gastos personales? Si no tenías conocimiento de ello y deseas saber cómo afectan tu patrimonio y qué puedes hacer para evitarlo, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) te invita a que sigas leyendo este artículo.

Relación entre tus finanzas y emociones

La especialista en educación financiera, Paola Murillo Calderón, indicó que las emociones son estímulos que nos preparan para enfrentar diversas situaciones, por lo que son positivas para las personas, ya que les ayudan a protegerse de diversos peligros.

Es por ello que considera, son un factor que influye directamente en la forma en la que tomamos decisiones sobre nuestros gastos personales. “Pero también estamos expuestos a pasar por estados emocionales intensos, ya que ciertas emociones pueden llegar a ser impulsivas o inmediatas haciendo que perdamos el control”.

Un ejemplo de lo anterior, explicó, es el “efecto pasión”, el cual puede provocar que la persona sienta como un torbellino o euforia, algo similar a cuando salimos de un concierto que nos encantó y nos encontramos muy emocionados o emocionadas, luego vemos un puesto de recuerdos y decidimos comprar una taza con la foto de nuestro artista favorito.

Pero cuando estos sentimientos pasan, te das cuenta que ya tenías otras tazas parecidas y que realmente no necesitabas adquirir una más. También la confusión o el miedo pueden provocar estas decisiones, por ejemplo, durante la pandemia, mucha gente compró papel higiénico de forma excesiva.

Estas conductas son explicadas a través de la economía del comportamiento, de acuerdo con Paola Murillo. Para ésta, aunque las emociones son sanas, debemos tener autocontrol sobre sus efectos y no permitir que nos hagan presa solo por el momento. Es decir, “no es malo darse un gusto de vez en cuando, siempre que esté contemplado dentro de tu presupuesto en los gastos personales”.

 

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¿Cuáles son las emociones que influyen en tu consumo?

Alegría o felicidad: estos sentimientos son los que solemos tener cuando conseguimos un nuevo trabajo, provocando que creamos que nada puede afectar nuestra situación financiera, por lo que tomamos decisiones inoportunas, afectando nuestros ingresos y gastos. Es en estos momentos cuando corremos el riesgo de aceptar compromisos a largo plazo o realizar compras por emoción, posteriormente se vuelven en remordimiento.

Tristeza o lástima: son quizás las emociones que más ponen en peligro nuestra billetera, ya que encaminan a las personas a comprar de forma compulsiva productos o servicios que no son tan necesarios, esto, porque crean la sensación de llenar un vacío emocional.

Ansiedad: este es unos de los sentimientos que más ha afectado a las personas en esta pandemia por Covid-19; el miedo e incertidumbre hace que se sientan preocupadas por el futuro, por lo que inconscientemente comienzan a abusar del crédito o hacer inversiones con mayor riesgo.

Celos o envidia: seguramente alguna vez llegaste a decir: “si él o ella puede, yo también puedo”, y muchas veces nos dejamos llevar por el deseo de poseer lo que otras personas tienen, lo que nos lleva incluso a gastar más de lo que podemos pagar, con el riesgo de sufrir sobreendeudamiento por querer llevar una vida similar.

Desidia o flojera: estas emociones siempre impactan de forma negativa nuestras finanzas, ya que provocan que las personas no tengan el control de su dinero o que lo manejen de forma irresponsable. La flojera de leer un contrato, la desidia de revisar los estados de cuenta, o posponer la toma de decisiones son un riesgo latente para nuestras finanzas.

Miedo o temor: por instinto, el ser humano siempre busca alejarse de cualquier cosa o situación que le provoque miedo, y esto incluye negarse a analizar sus finanzas, por el temor de enfrentarse a una difícil realidad o por el miedo a perder su patrimonio.

Exceso de confianza: contrario de lo anterior, este sentimiento provoca que las personas se fíen demasiado en lo que creen, por lo tanto, su valoración del riesgo deja de ser objetiva, además, descuidan el valor real de cómo administran su dinero.

¿Cómo evitar tomar malas decisiones para los gastos personales provocadas por estos sentimientos?

Cada uno de los sentimientos ayuda y sirve para que las personas disfruten o afronten diversas situaciones, pero siempre debemos procurar tener autocontrol sobre las decisiones que provocan, y para lograrlo te recomendamos los siguientes tips:

Identifica: qué emociones te hacen gastar más (tristeza, felicidad, ansiedad, etc.), para que cuando te sientas así, evites comprar de forma compulsiva.

Cambia tus hábitos: intenta nuevas actividades como hacer ejercicio, aprender algún idioma, leer un libro, para poder distraer tu mente y te quites la tentación de comprar y gastar dinero que tal vez no tengas.

Crea un presupuesto: esto es un punto básico para poder llevar unas finanzas saludables, si no sabes cómo hacerlo no es tan complicado, solo debes anotar tus ingresos (sueldo) y todos tus gastos fijos (despensa, renta, servicios, pasajes, etc.), debes ser estricto con este último paso, desde la fecha, monto y concepto del gasto, para que observes tus patrones de compras.

Respira: cuando sientas alguna de las emociones que mencionamos, es recomendable inhalar y exhalar en 4 tiempos y repetirlo 4 veces, ya que esto servirá para despejar tu mente y ponerte en un estado de tranquilidad. De ser posible, hazlo antes de comprar.

Haz una lista: antes de ir de compras, ya sea despensa u otros productos, procura anotar lo que necesitas, así no pasarás más tiempo en la tienda y evitarás caer en tentaciones. Recuerda seguir siempre al pie de la letra esta lista.

Arma un programa: si eres de las personas que le encanta ir a comprar, lo mejor es que le destines un tiempo determinado a esta actividad, es decir, escoge solo un día de la semana y programa cierto tiempo, por ejemplo, 30 minutos, de esa manera evitarás tentaciones, además de repetir la frase “lo compro después”, con el tiempo te ayudará a entender si era necesario o solo un impulso.

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