Estos rasgos te dirán si estás viendo a un antilíder

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rasgos de un antilíder
rasgos de un antilíder

El antilíder , una persona que representa exactamente lo opuesto de los atributos que se esperan en un puesto de conducción de personas

Existe en todas las empresas y muchas veces está en posiciones acomodadas. Llegó por favoritismo , puestos por dedazo, o, simplemente, para amedrentar y pasar chismes a los dueños.

Es el antilíder , una persona que representa exactamente lo opuesto de los atributos que se esperan en un puesto de conducción de personas. Son aquellos que, carentes de valores y con creencias bastante distorsionadas respecto a cómo hacer funcionar una empresa de cualquier tipo, no dudarán en hacer cualquier cosa sin escrúpulos.
También hay antilíderes que no tienen puestos de relevancia: son aquellos que permanentemente ponen palos en la rueda y tienen el “no se puede” como lema.

La recomendación es apartarlos de inmediato de todo tipo de proyectos, aunque, justo es reconocerlo, en muchas empresas se los mantiene por su amistad con el director y por la funcionalidad para resguardar en forma aparente los intereses de la organización.

Estos son algunos rasgos que te harán identificar a un antilíder en tu equipo de trabajo

1. Actúan por sobre encima de los demás

Pedantes, soberbios y hasta hostigadores en forma permanente, se sienten superiores y con atribuciones para denostar a los demás, a quienes consideran sus súbditos.

2. Se adjudican los méritos de otros

Jamás reconocen un trabajo bien hecho. De hecho, felicitar no es algo que sepan hacer y toman la delantera atribuyéndose el lucimiento de los demás. De paso, dejan más abajo al resto de su equipo.

3. Ejercen presión sin sentido

Como lo único que le interesa es sentirse en control, los antilíderes pondrán en marcha sus mecanismos para tener a todo el mundo a su alrededor en un estado de tensión y nervios permanente.

4. Hacen aportes irrelevantes

Sin embargo, obligan a los demás a escucharlos con atención, y, frente a los superiores, éstos lo destacan como un ejemplo de entrega y dedicación.

5. Abusan del poder

El mobbing es cada vez más frecuente en las organizaciones. Un antilíder puede pedir cualquier cosa con tal de que su presencia se note. Tiene una mirada fría y calculadora, aún utilizando palabras dulces. Es un lobo disfrazado de cordero.

6. Odian a quienes puedan hacerles sombra

En lugar de esforzarse por destacar sus méritos, se colocan en posición de víctima, ven conspiraciones donde no existen (si no, las inventa) y atentan contra el equilibrio del ecosistema laboral.

7. Asumen distintos personajes

Como actores que viven diferentes roles, pueden disfrazarse de oportunistas, controladores, entrometidos, sabelotodos, narcisistas, instigadores, calculadores, mentirosos, parlanchines, cortantes o bromistas. Según sea el caso, también actúan como matones rencorosos y autoritarios, víctimas sombrías y condenadas por todos, maniáticos del control, chismosos, apuñaladores de dos caras, bromista desubicado y de críticos acusadores. Esta clasificación pertenece a la autora Lilian Glass, autora de “Toxic people”.

8. Son sinvergüenzas disfrazados de personas éticas e invulnerables

Pueden ser capaces de hacer las cosas más atroces con tal de sostener su posición de falso liderazgo.

9. Se victimizan y sienten que todos están contra de ellos

Cuando se detecta un antilíder, situación muy frecuente por lo evidente de su proceder, los equipos suelen andar con guantes de seda y aislarlo, incluso tratándose de un superior.

En este caso, este personaje empezará a tejer su ardid de venganza apelando a todo tipo de argucias con tal de salirse con la suya.

Qué hacer con ellos

En ninguna organización debería aceptarse un antilíder, ya que son totalmente contraproducentes para la productividad, el buen clima interno y la gestión de las actividades en forma normal.

Si hay abuso de cualquier tipo, lo ideal es disponer de una instancia de denuncia interna en el área de recursos humanos o con el directivo más alto de la organización, avalándola con pruebas.

Servirá de poco querer negociar o acordar con un antilíder, porque, en el mejor de los casos, lo que éste querrá es hacerse tu amigo y tenerte de su lado para expandir su red de servidores.

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