Niño comiendo alimentos para mejorar el sistema inmune

7 alimentos que reforzarán el sistema inmune de los niños

Mantener a los niños y niñas bien alimentados es una de las cosas que a diario se tienen que hacer, especialmente tras el regreso a clases presenciales de los niños, quienes estuvieron cerca de año y medio en sus casas siguiendo las clases virtuales. Ante este inminente retorno a las lecciones presenciales, una cosa es importarte: mantener reforzado el sistema inmune de nuestros pequeños.

La recomendación de expertos es que, sus comidas sean variadas, coloridas y que cuenten con antioxidantes -como la vitamina C- que tienen un poder antiinfeccioso y antifatiga, y aportan a los niños todos los nutrientes necesarios para su crecimiento y sus defensas inmunológicas.

7 alimentos para reforzar el sistema inmune de tus hijos/hijas

  • Kiwi

Es bueno para los niños y las niñas porque es rico en agua, vitaminas y minerales. Un sólo kiwi de unos 100 gramos aporta 90 gramos de vitamina C, que son las necesidades diarias del niño. También es una fuente de vitamina B9, que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. Finalmente, las fibras que contiene son buenas para el equilibrio de la flora intestinal.

La cantidad correcta que se le debe de dar a los pequeños es de una a dos porciones al día, alternadas con otras frutas crudas.

  • Camote

Una de sus ventajas es que su sabor es ligeramente dulce y popular entre la comunidad infantil, lo bueno del camote es que puede ser un gran sustituto de las papas clásicas. Es bueno para los niños porque su color naranja indica la presencia de betacaroteno, una vitamina esencial para la piel y la vista de los niños.

También es rica en fibra y, entre los almidones, las patatas son las únicas que contienen vitamina C (16.9 mg / 100 g), siempre que se coman la piel. Mejor elegirlos orgánicos. Finalmente, la vitamina B6 que contiene ayuda a reducir la fatiga.

Los alimentos con almidón deben de estar presentes en casa comida. Es ideal para disfrutarlo en puré, en sopa con un toque de naranja o al horno con un poco de aceite de oliva.

  • Brócoli

El brócoli puede ser ingerido por los bebés a partir de los nueve meses en forma de puré. Como todas las verduras, es rico en minerales y fibra, que son importantes para la comodidad del tránsito de los niños, pero es uno de los vegetales más ricos en nutrientes, especialmente en vitaminas B9 y C. Basta con una o dos porciones al día.

  • Sardinas

Las sardinas son degustadas por hijos y padres. Este pececito es muy rico en Omega 3 y más concretamente en DHA, un ácido graso que el organismo no sabe fabricar y que es fundamental para el buen funcionamiento del cerebro y la construcción del cerebro.

Si se comen enteros y con los huesos, también aportarán calcio (333 mg / 100g) y vitamina D (7.56 microgramos / 100g), imprescindibles para la salud ósea y la dentadura de los niños. Es un pescado “graso”, que debe consumirse alternativamente con los demás (salmón, caballa, trucha, fletán) al menos una vez a la semana.

  • Mejillones

Son muy ricos en hierro (más de 3.99 gramos de hierro por 100 gramos de mejillones, aproximadamente el equivalente a 2.83 gramos de carne roja por 100 gramos de bistec 5% de grasa), importante para el cociente intelectual, las defensas inmunitarias, la sangre circulación y producción de glóbulos rojos.

Es hierro hemo, muy bien absorbido por el organismo. También aportan una buena dosis de proteína (17gr / 100gr), necesaria para el desarrollo muscular de los niños y su crecimiento.

Se recomienda comer de 120 a 150 g de mejillones, o 1 plato pequeño que haya contribuido a la ingesta de la dosis diaria de hierro. Puedes acompañarlos con crema, pasta, un poco de brócoli unos tomates.

  • Yogur natural

Ideal por su aporte de proteínas (3.87g / 100g), calcio (125 mg / 100g), vitamina A (buena para la salud visual de los niños) y D que fortalecen el sistema inmunológico. Los fermentos que contienen son útiles para el equilibrio de la flora intestinal.

  • Aceite de nuez/linaza

Perfecto para sustituir el aceite de oliva o de girasol, aportando un sabor completamente diferente. La grasa es importante para alimentar a los niños. Estos dos aceites son ricos en Omega 3, una grasa o lípido importante para el buen funcionamiento del cerebro de los niños, para el sistema nervioso y el sistema inmunológico.

Además, ayudan a absorber vitaminas liposolubles como la vitamina A (que se encuentra en las zanahorias, las batatas).

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